viernes, 20 de agosto de 2010

UNIDAD II

UNIDAD II

MODELOS O ENFOQUES DE ANÁLISIS SOCIOLÓGICOS

Creado por: Prof. Ludy Josefina Sánchez Almao

Asignatura: Sociología de la Educación

UPEL-IPB-DFD

I- 2010

INTRODUCCIÓN

Desde tiempos remotos el ser humano, en la búsqueda constante del conocimiento, ha utilizado diferentes vías para conseguir esos saberes que permean de alguna u otra manera el gran bagaje de saberes que adquiere durante todo el trayecto de su vida. Cabes señalar, que por su condición de pertenecer a grupos sociales, la adquisición de esos conocimientos los sustrae de la misma comunidad, del mismo quehacer cotidiano que es tomado como eje principal para sus posteriores análisis y sus interpretaciones. Claro está, lo anterior cabe solamente para el campo de las ciencias sociales y humanas, pues en las experimentales todo está predeterminado. Antes de continuar con las conjeturas acerca de los enfoques a conocer, es necesario abordar un poco lo que ha significado el discurso dentro del campo de la sociología.

Primeramente, hay que estar conciente sobre la existencia de lo social y lo sociológico. Según Márquez (2000), lo social está definido por la vida social entre los seres humanos, incluyendo sus relaciones, sus actividades, interpretaciones, proyectos y sus maneras de cómo organizarse y funcionar entre si, como un conjunto. Lo social también puede recibir el nombre de la realidad social y es lo que pre-existe a lo sociológico. Además de ello, la realidad social se construye socialmente, de manera colectiva, comporta aspectos objetivos y subjetivos de la actividad humana y proporciona un orden para la existencia y convivencia entre los individuos.

En cambio lo sociológico es, según el mismo autor, una práctica científica que produce o genera conocimientos teóricos, métodos y cuyo objetivo es aportar explicaciones de manera sistemática y organizada de la realidad social, tan compleja, plural y difícil de comprender. Es importante señalar que lo sociológico, llamado también sociología, es una disciplina que pertenece a las ciencias sociales y sus orígenes se remontan al siglo XIX. Lo sociológico se caracteriza porque se lleva a cabo a través de la práctica profesional especializada, también es una forma de intervenir en lo social (mediante una visión sistémica y coherente de la realidad) y forma parte insoslayable de las ciencias sociales.

Por tal motivo, en el presente documento se hace un esquema sencillo de cómo el ser humano ha tomado los modelos, enfoques o el uso propio del discurso que emergen de diferentes posturas tales como el estructural- funcionalismo, el crítico- marxista, el hermenéutico, el etnometodológico, fenomenológico y el interaccionismo simbólico para comprender e interpretar la realidad social que le circunda.

En el camino de las estructuras sociales y sus funciones

Una estructura o sistema social puede ser considerada para su estudio como un conjunto de variables dentro de una institución que la forman, tales como: la familia, la escuela, el sistema económico, lo religioso, entre otros. Todo ello conllevaría a lo que se denomina sociedad, que es un órgano vivo, de carácter cerrado. Cada estructura, sistema, elemento, tiene una función perfectamente designada y destinada a garantizar el equilibrio y la supervivencia del organismo. Los modelos estructurales intentan describir las reglas inconscientes de las normas sociales. Desde esta perspectiva, la sociedad se constituye en la medida que tiene determinadas reglas o estructuras que producen el sentido de los acontecimientos, los cuales son producto de las normas que los individuos han asimilado en sociedad y les permite evocar en común los mismos significados. Es importante señalar que dentro del estructuralismo, el término estructura se define como un conjunto organizado de elementos subordinados a ciertas leyes. Por ejemplo, el universo de los símbolos, el de las señales y los sistemas de codificación, son áreas que han sido señaladas con precisión por esta corriente.

Por su parte, el estructural-funcionalismo (también llamado funcionalismo estructural o estructuralista) es un enfoque empleado en ciertas ciencias sociales, especialmente en la antropología y la sociología. Determina que los elementos que conforman una determinada estructura social son interdependientes entre sí y de haber variación de alguno de ellos, repercute en los demás, por ser ésta un sistema. Sus orígenes se remontan a los trabajos de Émile Durkheim y desarrollado en la antropología social de los británicos Bronislaw Malinowski y Alfred Reginald Radcliffe-Brown. Sin embargo, uno de sus mayores exponentes es el sociólogo estadounidense Talcott Parsons y sus aplicaciones principales tienen lugar en el campo de la sociología de la cultura.

Sociológicamente, el sistema general de acción de la presente corriente o enfoque contiene en su estructura cuatro subsistemas: el biológico u orgánico conductual, el cultural, el social y el de personalidad y realizan diferentes funciones:

1- El biológico es el tipo de especie organizada y la adaptación es la función que realiza mediante el sistema económico.

2- El cultural comporta un conjunto de normas, valores, lenguaje y símbolos compartidos, aceptados por la sociedad. Su función es el mantenimiento de las pautas, para que los individuos se ajusten a las expectativas del rol e internalicen los valores. En la sociedad estas funciones son cumplidas por diversas instituciones, entre ellas se cuenta: el sistema educativo y los medios masivos de comunicación, quienes son los encargados de la difusión de esas normas, valores, símbolos y otros que componen la esfera cultural.

3- El social está compuesto por las formas en que los individuos interactúan recíprocamente. La función primordial es la integración y supone la aceptación de las metas y las expectativas sociales. Las entidades jurídicas tienen a su cargo esta función.

4- El de personalidad es el conjunto de motivaciones y orientaciones de la acción de los individuos. Su función es el logro de metas o fines. Intenta coordinar las motivaciones para alcanzar objetivos sociales. Las unidades que pueden canalizar las aspiraciones de los individuos son las instituciones políticas.

El discurso Crítico – Marxista y la transformación de la realidad social

Los marxistas se oponen, con su propio método científico, al funcionalismo y al estructuralismo y con el mismo pretenden observar con claridad los fenómenos en forma directa y luego explicarlos. Según este enfoque, debe estudiarse cada estructura como consecuencia de una praxis social o conjunto de actividades que transformarán el mundo, ejemplo de ello se tiene cuando cada medio de comunicación impone sus propias características. El marxismo, por su parte, es la teoría del proletariado que busca la transformación de su realidad social, suprimiendo la alienación o incapacidad del individuo para conocer sus aportes a una realidad que se le impone y convertir la explotación en las relaciones de comunidad. Esta corriente, ha posibilitado una apreciación científica integral, donde las alternativas de la comunicación social enlazan con las circunstancias y las condiciones de evolución de las clases sociales: el sistema dominante, la incorporación de las masas en la economía y en la política y el creciente poderío de las empresas transnacionales de la información y la difusión masiva, entre otras.

Bajo este modelo, se pueden conocer los fenómenos, observarlos con claridad y delimitarlos. Además las estructuras significativas no solo se forman a partir de las prácticas sociales, se desarrollan dentro de la estructura y establecen límites de conciencia. Estos límites no son superables si no se transforman las prácticas de la vida social. Estas prácticas pueden reconocerse dentro de un proceso de lucha de clases. De acuerdo con la interpretación marxista, los datos del ambiente son proporcionados por los sujetos, a partir de estructuras significativas opuestas unas a otras. La lucha social entre los individuos les permite enriquecer los datos disponibles, transformar sus estructuras de interpretación, dirigir de un modo nuevo su práctica, cambiar sus estructuras significativas o sus pautas de información.

Y por supuesto, dentro de la corriente marxista se presenta el problema de la contradicción entre comunicación e información. Gracias a sus estructuras significativas, formadas en procesos concretos de vida, se pueden evocar en común un conjunto de significados, de alguna manera equivalentes y así es posible la comunicación. Al encontrarse ante nuevas condiciones los miembros de una sociedad, formados bajo determinadas estructuras significativas, empiezan a planear nuevos modos de acción, comprenden que actuar como antes significa destruirse.

Una da las premisas señala que aquellas personas quienes permanecen dentro de las estructuras significativas anteriores están, en cierto sentido, incomunicados; pero quienes siguieron el proceso participativo de una praxis política inspirada en los intereses de la clase obrera, con mayor razón tenderán a cambiar sus estructuras significativas y sus modos de informar la acción e interpretar los datos, así evocaran en forma colectiva significados cargados de sentido nuevo.

Por ello, la verdadera transformación debe constituir la posibilidad del cambio sustancial de las estructuras materiales de la sociedad, aunque al mismo tiempo es determinado por ellas. Así, en los nuevos modos de informar, los datos son determinados por la base o estructura material. Al desarrollarse la base y la superestructura, se presentan una tendencia a romper con los viejos sentidos de la comunicación y a renovarlos, como parte del proceso de renovación del orden social, mediante la practica concreta de los hombres y mujeres en condiciones sociales determinadas.

En consecuencia, para los marxistas:

Los medios de comunicación de masas de los países capitalistas utilizan los mismos como medios de manipulación y con ello, intentar modificar actitudes dirigiéndose al intelecto. Esta manipulación NO va dirigida al intelecto, si no al mundo de las emociones y nunca cuenta con la complicidad consciente del receptor. De igual manera, defienden la propiedad como modos de producción y a nivel infraestructural, todo lo relacionado con la producción económica, medios de producción (tierra, trabajo, capital) condicionando así la forma en que esta organizada la sociedad.

A nivel estructural, la sociedad depende de la propiedad de los medios de producción, de cómo están repartidos (esclavista, feudal, capitalista) y el modo de producción capitalista se observa como la tierra y el capital están en manos de la clase dominante que goza de una oposición económica privilegiada en la sociedad y, por supuesto, quien posee la fuerza de su trabajo para vivir esta en la parte más baja de la pirámide. Asimismo, existen dos grandes bloques: 1- Dominante: nivel acomodado, en virtud de esa posición ejerce un dominio sistemático sobre el dominado. La garantía de bienestar de la burguesía pasa por el ejercicio de estrategia de dominación. 2-Dominado: Marx, distingue 2 formas de dominación: Material: Alineación. Explotación que los trabajadores sufren en el ámbito laboral, concretamente en los niveles de plusvalía de que se apropia el burgués. Plusvalía: trabajo no remunerado. Se define el beneficio como la suma de plusvalías. Trayendo todo ello un discurso liberal que va a permitir a los mandatarios capitalistas controlar el poder político, haciéndolo el más oído y privando a los dominados que su voz sea escuchada.

Todos estos elementos extraídos de la teoría marxista, serían abolidos y exterminados de la historia de la humanidad si y solo si, se construye una conciencia de clases y los dominados dejen de ser dominados (solo si ellos así lo permiten), de lo contrario, los ricos seguirán siendo ricos y los pobres seguirán siendo pobres (esto en el rango del poder económico solamente).

Modelos Cualitativos para la comprensión del ser y su entorno

Según Martínez Miguélez (s/f )El método cualitativo específico que se vaya a emplear depende de la naturaleza de la estructura a estudiar. La metodología cualitativo-sistémica dispone de una serie de métodos, cada uno de los cuales son más sensibles y adecuados que otros para la investigación de una determinada realidad. A continuación, se ilustran algunas características de cada uno de ellos:

El Método Hermenéutico-Dialéctico. En sentido amplio, éste es el método que usa, consciente o inconscientemente, todo investigador y en todo momento, ya que la mente humana es, por su propia naturaleza, interpretativa, es decir, hermenéutica: trata de observar algo y buscarle significado. En sentido estricto, se aconseja utilizar las reglas y procedimientos de este método cuando la información recogida (los datos) necesiten una continua hermenéutica, como sería el caso, por ejemplo, del estudio del crimen organizado, de sujetos paranoicos, entre otros, donde la información que se da puede tratar expresamente de desorientar o engañar. Sin embargo, este método tiene un área de aplicación mucho más amplia: es adecuado y aconsejable siempre que los datos o las partes de un todo se presten a diferentes interpretaciones.

El Método Fenomenológico. Este método es el más indicado cuando no hay razones para dudar de la bondad de la información y el investigador no ha vivido ni le es nada fácil formarse ideas y conceptos adecuados sobre el fenómeno que estudia por estar muy alejado de su propia vida, como, por ejemplo, el mundo axiológico de los drogadictos, las vivencias de las personas atracadas que estuvieron a punto de morir, la ruptura de una relación amorosa cuando no se ha vivido o una experiencia cumbre, entre otros.

El Método Etnográfico. Es el de mayor preferencia para entrar a conocer un grupo étnico, racial, de ghetto o institucional (tribu, raza, nación, región, cárcel, hospital, empresa, escuela y aula escolar, entre otros) que forman un todo muy sui géneris y donde los conceptos de las realidades que se estudian adquieren significados especiales: las reglas, normas, modos de vida y sanciones son muy propias del grupo como tal. Por esto, esos grupos piden ser vistos y estudiados holísticamente, ya que cada cosa se relaciona con todas las demás y adquiere su significado por esa relación. De ahí que la explicación exige también esa visión global.

El Método de Investigación-Acción. Es el único indicado cuando el investigador no sólo quiere conocer una determinada realidad o un problema específico de un grupo, sino que desea también resolverlo. En este caso, los sujetos investigados participan como coinvestigadores en todas las fases del proceso: planteamiento del problema, recolección de la información, interpretación de la misma, planeación y ejecución de la acción concreta para la solución del problema y evaluación posterior sobre lo realizado. El fin principal de estas investigaciones no es algo exógeno a las mismas, sino que está orientado hacia la concienciación, desarrollo y emancipación de los grupos estudiados.

La Etnometodología. Ante la realidad cambiante, el bombardeo de uso de nuevos modelos de investigación, de metodologías empleada, sobre todo en la sociología, con resabios más bien positivistas que acentuaban la idea de que la realidad social era algo construido, producido y vivido por sus miembros, surge el enfoque etnometodológico, para poder comprender a fondo la naturaleza y proceso de los fenómenos, es decir, la parte activa que juegan los miembros de un grupo social en la estructuración y construcción de las modalidades de su vida diaria, por ser algo elaborado por el grupo humano que vive unido, un etnos. Pero la etnometodología ha sido la más radical y productiva orientación metodológica que ha especificado los procedimientos reales a través de los cuales se elabora y construye ese orden social: qué se realiza, bajo qué condiciones y con qué recursos. Esto ha constituido una práctica interpretativa: una constelación de procedimientos, condiciones y recursos a través de los cuales la realidad es aprehendida, entendida, organizada y llevada a la vida cotidiana.

La etnometodología no se centra tanto en el qué de las realidades humanas cotidianas (qué se hace o deja de hacerse), sino en el cómo, es decir, en la modalidad de su ejecución, desenvolvimiento y realización, que puede ser en gran parte un proceso que se desarrolla bajo el umbral de la conciencia, una estructura subyacente que determina la realidad social. De aquí, que la etnometodología sostenga que en las ciencias sociales todo es interpretación y que “nada habla por sí mismo”; que todo investigador cualitativo se enfrenta a un montón de impresiones, documentos y notas de campo que lo desafían a buscarle el sentido o los sentidos que puedan tener. Este “buscarle el sentido” constituye un auténtico “arte de interpretación”.

De aquí, también, que este sentido pueda ser bastante diferente de acuerdo a la perspectiva étnica, de género, de cultura y demás aspectos identificatorios, tanto del grupo social estudiado como del investigador. Esto da pie a que se hable de una epistemología eurocéntrica, una epistemología afroasiática, una epistemología feminista, entre otros y, con ello, se fundamente lo que en la actualidad se considera una nueva sensibilidad postmodernista o postestructuralista.

El corazón de la etnometodología está en la interpretación de las poliédricas y polifacéticas caras que puede tener una realidad humana, ya sea individual, familiar, social o, en general, de cualquier grupo humano. Ya Aristóteles había dicho que el ser no se da nunca a nadie en su totalidad, sino sólo según ciertos aspectos y categorías. Con este método, el investigador puede preguntarse: ¿Cuál o cuáles de esos aspectos o caras, que tiene una realidad concreta, deberé ver o percibir, y cuál o cuáles de las categorías, de que dispone mi mente como investigador, deberé aplicar? Aquí está la esencia de la investigación: en esta interpretación.

Debe tomarse en cuenta que las realidades humanas, las de la vida cotidiana (ricas de contenido), se manifiestan de muchas maneras: a través del comportamiento e interacción con otros miembros de su grupo, de gestos, de mímica, del habla y conversación, con el tono y timbre de voz, con el estilo lingüístico (simple y llano, irónico y agresivo) y de muchas otras formas. Todo esto necesita una esmerada atención a los finos detalles del lenguaje y la interacción para llegar a una adecuada interpretación. Para ello, hay que colocarlo y verlo todo en sus contextos específicos, de lugar, presencia o no de otras personas, intereses, creencias, valores, actitudes y cultura de la persona-actor, que son los que le dan un significado. No basta aplicar sistemas de normas o reglas preestablecidas (como lo son muchas tomadas de marcos teóricos): lo que es válido para un grupo puede, quizá, no serlo para otro. De acuerdo con la mayor o menor influencia de estos factores, una determinada conducta puede revelar vivencias, sentimientos o actitudes muy diferentes: puede revelar fraternidad, amor, resentimiento, recelo, asertividad, venganza, agresividad y franco odio, entre otros.

¿Cuál de ellas, o qué interpretación, será la más adecuada y acertada? Para lograrlo, no es suficiente preguntarle a la persona, por ejemplo, por medio de una entrevista, aunque ésta sea en profundidad, ya que el lenguaje sirve tanto para comunicar lo que se piensa como también para ocultarlo. Debe recordarse toda la cantidad de simulaciones, disfraces, fingimientos, engaños, dobleces e hipocresías que suelen usar los seres humanos en ciertas circunstancias. Por todo ello, la etnometodología no considera el lenguaje como algo neutro o como un instrumento sin más que describe la vida humana real, sino como un constitutivo de ese mundo humano o social, que revela, a su vez, la forma o modalidad en que la interacción produce ese orden o estilo social en que se da. No hay, en consecuencia, un lenguaje y una interacción, sino un lenguaje-en-interacción que posee una secuencia estructurante del contexto y su significado, lo cual diferencia la etnometodología del análisis del discurso.

Por todo ello, el medio técnico más apropiado en la etnometodología es la observación independiente o participativa, según el caso, con la grabación de audio y de vídeo para poder analizar las escenas repetidas veces y, quizá, para corroborar su interpretación con una triangulación de jueces. Como dice el sabio refrán, cuatro ojos ven más que dos. Por otro lado, esta idea está hoy día apoyada también epistemológicamente con el principio de complementariedad de los enfoques.

Evidentemente, como toda investigación, también la etnometodología trata de llegar a la construcción de estructuras del comportamiento humano, es decir, a sistemas explicativos que integren procesos y motivaciones, intencionales y funcionales, o patrones de conducta humana, individual o social, que dé una idea de la realidad. Esta realidad puede ser muy única e irrepetible, propia sólo de ese grupo humano étnico o institucional, pues el conocimiento es siempre e ineluctablemente local, pero pudiera ser también generalizable. Si es o no generalizable, lo dirán otros estudios o investigaciones comparativos con otros grupos.

La etnometodología que Garfinkel (1988), verdadero fundador de esta orientación metodológica, ha tratado de desarrollar en los últimos tiempos, está muy poco orientada hacia las generalizaciones universalistas y trata de concentrarse en competencias altamente ubicadas en disciplinas específicas. El fin es especificar la esencia o el qué de las prácticas sociales dentro de dominios altamente circunscritos o especializados del conocimiento y de la acción.

Sin embargo, esta orientación metodológica no pretende abordar las realidades humanas o sociales desde cero, sino que usa, con prudencia, los recursos que la sociedad en cuestión le ofrece. Así, el trabajo de interpretación estará influido por instrumentos interpretativos locales, como categorías reconocidas, vocabulario familiar, tareas organizativas, orientaciones profesionales, cultura grupal y otros marcos conceptuales que le asignan significado a los asuntos en consideración.

La etnometodología ha examinado muchas facetas y aspectos de la vida humana y del orden social, ha sido aplicada con éxito a una gran variedad de tópicos, que incluyen problemas familiares, estudio del curso vital, trabajo social, violencia doméstica, enfermedades mentales, terapia familiar, problemas sociales y estudio de anomalías psicológicas o sociales.

El Interaccionismo Simbólico. Es una de las orientaciones metodológicas que comparten las ideas básicas del proceso hermenéutico o interpretativo. Trata de comprender el proceso de asignación de símbolos con significado al lenguaje hablado o escrito y al comportamiento en la interacción social. Puede ser considerado como la escuela más influyente y exitosa de sociología interpretativa, visto desde el hecho del volumen de trabajos empíricos publicados y por la integración de la teoría y el método.

La ideología fundamental del interaccionismo simbólico, tanto teorética como metodológica, fue estructurada por Herbert Blumer (1954, 1966, 1969) con su amplia influencia, a través de la docencia, en las universidades de Chicago y Berkeley.

En general, la reflexión de los interaccionistas simbólicos (como la de cualquier autor que considera la mente humana como una dotación cuya naturaleza es esencialmente hermenéutica como Heidegger) define el análisis de la acción humana, de cualquier acción humana, como una ciencia interpretativa en busca de significado, no como una ciencia experimental en busca de leyes

Sin embargo, esta orientación constructivista no es necesariamente antirrealista, es decir, puede sostener razonablemente que los conceptos e ideas son inventados por el ser humano, y, no obstante, mantener que estas invenciones corresponden a algo en el mundo real. Quizá, la mejor síntesis de este proceso dialéctico que se da entre el mundo exterior y la realidad interna, la expresó Piaget, al describir los dos procesos básicos de asimilación (de lo externo en sí mismo) y de acomodación (de uno mismo a lo externo). Éste es un proceso “hermenéutico-dialéctico”, en el sentido de que es interpretativo al mismo tiempo que impulsa y estimula la comparación y el contraste entre diferentes construcciones hipotéticas de la realidad en un esfuerzo por lograr la mejor síntesis de la misma.

El Interaccionismo simbólico es una ciencia interpretativa, una teoría psicológica y social, que trata de representar y comprender el proceso de creación y asignación de significados al mundo de la realidad vivida, esto es, a la comprensión de actores particulares, en lugares particulares, en situaciones particulares y en tiempos particulares.

REFERENCIAS

Martínez Miguélez, M. (s/f). Cómo hacer un buen proyecto de tesis con metodología cualitativa. (Documento en línea) Disponible: http://miguelmartinezm.atspace.com/proyectotesis.html (consulta: 2010, agosto 5)